Refranes de sabiduría


Oír por saber, mirar por conocer.

No preguntes por saber, que el tiempo te lo hará ver.

El buen boticario ha de tener cuatro ces, ciencia, conciencia, capital y cojera.

Quien a solas se aconseja, a solas se remesa.

A su costa aprende el necio, y a costa del necio, el cuerdo.

El sabio, no dice lo que sabe, y el necio, no sabe lo que dice.

Donde el necio se arruinó, el cuerdo prosperó.

Necio que sabe callar, camino de sabio va.

Quien más sabe, mayores dudadas caben.

El sabio teme, y el necio se atreve.

Zopenco y zoquete, el más listo torpete.

Pegársela el bobo al listo, mil veces se ha visto.

Arrimarse a la boca del lobo, es de hombre bobo.

Preguntando, preguntando, sabe el necio más que el sabio.

Lo que en la mocedad no se aprende, en la vejez mal se entiende.

Más sabe quien mucho anda, que quien mucho vive.

El maestro “Quiñones”, que no sabe para él y quiere dar lecciones.

Para no sufrir, ni pensar, ni medir.

Piensa todo lo que quisieres, pero habla lo menos que pudieres.

Habla poco, anda grave, y parecerá que sabes.

Saber poco, obliga a mucho.

No es sabio el que mucho sabe, sino el que lo importante sabe.

Vive como piensas, o acabarás pensando como vives.

El diablo no sabe por diablo, sino por viejo.

Si el mozo supiese, y el viejo pudiese, no habría cosa que no se hiciese.

No desprecies los consejos, de los sabios ni de los viejos.


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